domingo, 6 de marzo de 2011

Entiendo muy bien lo que vos decís: que cada cual por poco que haga, pone su granito de arena. Lo que no entiendo es esa mania de ponerlo denro del ojo del prójimo.

 Si Dios tuviera un nombre - ¿cual serìa?
¿Y se lo dirias en la cara?
Si te enfrentaras con el en toda su gloria, 
¿què le preguntarìas si tuvieras una sola pregunta?

¿Y que si Dios fuera uno de nosotros?
Un perdedor, como cada uno de nosotros. 
Un extraño en el colectivo buscando su camino a casa. 


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