martes, 6 de septiembre de 2011

Salgamos de este ruido, vayamos a ver salir el sol.

El miedo paraliza, seca la boca, te inmoviliza, te hace sentir pequeño, te encierra. El miedo esconde lo mejor de vos y saca a relucir la incapacidad, el no intentar. El miedo sigue siendo el enemigo mas grande de los cautos y cuidadosos. Pero es el motor de los valientes. Es el interrogante a la cordura. El que no arriesga, no gana. El que arriesga puede fallar. ¿Y después de fallar? Es volver a intentar. Con o sin ese miedo.
Tal vez sea la pregunta la mismisima respuesta: ¿Por qué tenemos miedo? Porque así como nos deja vulnerables, deja ver nuestra fortaleza cuando lo enfrentamos. Enfrentar el miedo no es mas que mirarse al espejo y descubrir que no somos perfectos, es descubrir que somos solo una hormiga mas. La inmensidad del Universo es tan intimidante, que ¿por que temerle a algo que solo nos derrumba? Si, al fin de cuentas, podemos levantarnos siempre. Es mucho mas fàcil fingir la valentía que enfrentarse a lo que nos aterra. Vivir con un termometro, un paraguas, botas de lluvia y chaleco es patético. El calor hay que sentirlo cuando llega el verano, sentir las gotas de lluvia en la cara es parte del otoño, pisar el pasto mojado en primavera y sentir el frío y ese abrazo cálido que nos devuelven en el invierno son pequeñas cosas que engrandecen la vida... Si somos cautos, vivimos en una burbuja. Si somos valientes, salimos a perder pero ¿quien te dice? En una de esas encontras la gloria.

Libertad es una palabra para "nada que perder"

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